Está claro que el pincho de huevo es el pincho estrella en Sagartoki. A lo largo del día lo cocinamos cientos de veces y siempre se prepara al momento. Hace unos meses presentamos las nuevas variedades de Trufa, Chistorra y Piquillo, que se sumaron al Clásico formando una gran familia. Ahora he pedido a mi querido compañero Raúl Fernández que nos de algunas ideas de maridaje para cada uno de ellos. Espero que os atreváis a pedirlos en Sagartoki. Sin duda son unas combinaciones espectaculares.

Huevo Clásico con Vermut Bronx:

Se elabora con vermut rojo, vermut blanco, un toque de gin y un toque de zumo de naranja.

La idea es que el salado del huevo en boca contraste con el dulzor de la naranja que le aporta el vermut blanco y los aromas a chocolate del vermut rojo. Por otra parte, con el gin conseguimos aumentar el grado alcohólico de la copa, lo que ayuda a fijar todos los sabores.


Huevo de Chistorra con Aperol Spritz:

Este pincho es uno de los más potentes de la familia del pincho de huevo, por eso hemos buscado un cóctel que dé un toque refrescante y que tenga un cierto aire a gintonic.

Para elaborar este trago primero maceramos el Aperol con naranja y canela durante unos minutos. Servimos y terminamos la copa con una tónica cítrica como la Schweppes de lima, que nos ayudará a oxigenar el paladar.


Huevo de Trufa con Papa Special a mi manera:

Hemingway era asiduo a la versión original del Papa Special, que se elabora con ron. En esta versión “a mi manera”, que elaboramos como homenaje a este gran escritor, sustituimos el ron por un vodka de nuestra tierra: Basmoon vodka, elaborado en Álava y que se caracteriza por tener toques a chocolate en boca.

El chocolate liga muy bien con los aromas de la trufa, a tierra y a campo. Para este cóctel utilizamos además Marrasquino, un cítrico como el limón y sirope de azúcar de caña. Terminamos con un bitter de chocolate que nos ayudará a potenciar más toda la esencia de la trufa.

Huevo de Piquillo con Clásic Cóctel de Champagne:

Con esta copa hemos buscado un toque de glamour que acompañe la delicadeza del piquillo confitado. Para ello utilizamos el Brut Nature de Ayala.

Empezamos empapando un terrón de azúcar de caña con angostura y lo depositamos en el fondo de la copa de champagne vacía (mejor si utilizamos una copa de boca abierta). Servimos el champagne directamente sobre el terrón con lo que conseguimos un bonito dibujo que se crea con las burbujas y el terrón que se va deshaciendo. El dulzor que aporta el terrón se une a la secadez y la fruta del champagne creando un cóctel muy agradable en boca.